Tabla de Contenidos
Resumen
» ¿País? Tailandia.
» En pocas palabras ¿cuál es la idea? Sus universos simbólicos son muy singulares y sus experiencias de vida realmente interesantes. Te contamos quiénes son y dónde viven. Una oportunidad para una gran experiencia personal.
» ¿Duración? Al menos una noche, mejor dos, es decir, un día completo.
» ¿Para quién? Viajeros curiosos sobre otras formas de enfrentar la vida, que aprecian el contacto con estas comunidades, que desean aprender y disfrutar.
» ¿Dónde? Principalmente en el norte de Tailandia, provincias de Mae Hong Son, Chiang Mai, Chiang Rai y Nan.
» ¿Cuándo? Durante todo el año.
Descripción
Una amplia red de minorías étnicas viven en el Sudeste de Asia repartidas por el territorio en pequeñas comunidades. Con pocas excepciones, nunca han ocupado posiciones dominantes en la región, por lo que se han visto obligadas a migrar con frecuencia.
Estas tribus suman más de un millón de personas en Tailandia y se distribuyen entre unos 40 grupos étnicos diferentes.
Representan una oportunidad maravillosa para que los viajeros conozcan formas muy diferentes de pensar y vivir, enriqueciendo así su propia experiencia vital.
Más abajo dispones de un magnífico vídeo sobre ellas.
La más conocida es la tribu Padong debido a los anillos de latón dorado que llevan las mujeres de ‘cuello largo‘ o ‘jirafa‘, una tradición muy particular que hoy también es un eficaz gancho comercial.
La mayoría de los habitantes Padong viven en la vecina Myanmar y sólo hay unos pocos poblados en Tailandia, así que imagina lo que sucede cuando cientos de turistas acuden a verlos.
Si te apetece conocerles, encontrarás poblados cerca de Mae Hong Son y en la provincia de Chiang Rai, camino al Triángulo Dorado.
Afortunadamente puedes visitarlos, así como también muchas otras comunidades. Para darte un ejemplo, por favor, permítenos presentarle algunas de ellas:
Tribu LAHU, el Cristianismo derrotó al Animismo
Debes prestar atención a todos los espíritus, a los que tienen que ver con tu familia y tribu, y también con quienes compartes el territorio, ya sean espíritus protectores o malvados, porque de lo contrario podrías enojarlos y terminar causando enfermedades entre los miembros de la comunidad.
Las gallinas y los cerdos siempre han sido las víctimas propiciatorias en los sacrificios y ofrendas a los espíritus.
Pero un día llegó un predicador con medicinas para animar a los Lahu a acudir al hospital cuando enfermaban. Este fue el primer paso para perder la fe en el poder de los espíritus y creer no tanto en la ciencia, como en Jesucristo y en los ángeles.
Tribu KAREN, los colores llegan después del matrimonio
Las jóvenes karen vestían tradicionalmente ropas blancas de solteras y nunca después de casarse.
Se preguntó a una mujer llamada Subaen sobre lo que sucedería si una mujer casada vistiera ropas blancas y respondió que sería una ofensa para los espíritus de sus antepasados, en particular para su abuela, y que sería devorada por un animal salvaje.
Si éste es el riesgo y tu pueblo está rodeado por la jungla, probablemente una se lo pensaría dos veces antes de romper con la tradición.
Pero hoy en día no queda mucha jungla y con frecuencia la novedad prevalece sobre las costumbres ancestrales.
Tribu LISU y la celebración del Año Nuevo
Ali-ya tiene 18 años y todavía vive con sus padres porque es soltera. En el pueblo van a celebrar el año nuevo, uno de los principales festivales.
Ella nos dice que las personas que viven lejos de la aldea regresan para ver a sus familiares mayores y también para disculparse si han hecho algo mal durante el año.
Muchos jóvenes también regresan para conocer a las chicas del pueblo y tal vez entablar una nueva relación.
Visten ropas tradicionales y bailan en grupo alrededor de un árbol en el centro de la plaza.
Ali-ya explica que ‘para los Lisu, si vuelves a la aldea para compartir una comida de arroz de la nueva cosecha con tu familia, entonces sabrás que has hecho la mejor obra del año‘.
Tribu SHAN, Budismo y Animismo juntos
Los Shan provienen del sur de China y viven principalmente en Myanmar, en el estado que lleva su nombre, aunque existen comunidades diseminadas por todo el Sudeste de Asia.
Sus aldeas están ubicadas cerca de los bosques, de donde obtienen buena parte de sus recursos. Sus fuentes tradicionales de sustento son el cultivo de arroz y la artesanía.
En cuanto a sus creencias, el culto a los espíritus y el budismo Theravada conviven uno junto al otro.
Compartir parte de tus vacaciones con una familia Shan es una experiencia única.
Nuestro vídeo sobre las Tribus de las Montañas
¿Cómo visitar las tribus de las Montañas?
La primera forma es una visita en grupo grande a los mercadillos de las aldeas de estas tribus, generalmente como parte de actividades relacionadas con la naturaleza como el senderismo o el ciclismo. Una visita rápida para poco más que tomar algunas fotos.
No obstante, hay otras opciones más interesantes.
La segunda opción es visitar en el día un poblado para compartir el almuerzo con una familia, como mostramos en este post sobre la tribu Akha. En grupo pequeño.
Si la idea te resulta atractiva, sugerimos pensar con antelación lo que te gustaría saber sobre la familia y la tribu, para enriquecer la conversación. Pide a la guía que te cuente cosas sobre ellos durante el viaje de ida.
La tercera opción es pasar una noche en una comunidad local, con lo que hay tiempo suficiente para visitar el pueblo y conversar con algunos de sus habitantes.
Habitualmente se realizan actividades en función de la tribu y la estación del año. Posiblemente podrás conocer la escuela y quizá al chamán, si coincide que hay uno.
Hay aldeas en las que puedes alojarte en un resort muy bien integrado en el medio natural. Las habitaciones privadas permiten mantener la privacidad y algunas comodidades de las que no es necesario prescindir.
Otra alternativa es convivir con una familia de la tribu y dormir en esterillas en una habitación de la casa, como se muestra en la imagen.
En este caso, además de lo dicho, se establece un vínculo especial con la familia que te da la bienvenida. Es genial.
Las familias han sido preparadas para cuidar a los extranjeros, saben que estos viajeros no están acostumbrados ni preparados para vivir exactamente como lo hacen en la aldea, por ejemplo, en relación a los alimentos.
Los guías también participan en el cuidado de los invitados.