Resumen
» ¿País? Tailandia.
» En pocas palabras ¿cuál es la idea? Entre la tierra y el mar, este es un ecosistema único y Tailandia ofrece una gran oportunidad para visitarlo. Quizás el viajero pueda hacer un pequeño cambio para disfrutar de una experiencia más emocionante.
» ¿Duración? Medio día.
» ¿Para quién? Fans de la naturaleza, amantes del kayak y quienes disfrutan de los paisajes magníficos.
» ¿Dónde? Costa de Krabi.
» ¿Cuándo? Todo el año.
Descripción
Los manglares son ecosistemas muy singulares y de alto valor en términos de biodiversidad. Tienen de especial que sus plantas son capaces de colonizar un territorio prohibido para el resto de especies. No es tierra firme y tampoco un medio acuático, depende de la marea.
La propuesta que vamos a hacerte es modificar el horario habitual de visita con el objetivo de disfrutar de un paisaje fantástico y aumentar las probabilidades de ver vida salvaje.
No olvides el repelente de mosquitos, hace falta abundante.
Tierra firme cuando la marea está baja y bajo el agua durante la pleamar.
En Tailandia los podemos encontrar tanto en el Mar de Andamán como en el Golfo de Tailandia. En este caso se trata de un Parque Nacional próximo a Krabi y Aonang.
La vida en este ambiente tiene que enfrentar dos retos particulares, la salinidad del agua marina y la inundación de los suelos que, entre otras cosas, ocasiona el que éstos carezcan del oxígeno necesario para que respiren las raíces.
La sal concentrada en cualquier organismo vivo hace el mismo efecto con el agua que una esponja, la absorbe, razón por la que si no se hace nada, uno se deshidrata y muere.
El mangle, el árbol que forma el manglar, tiene varios mecanismos de adaptación.
Uno de ellos consiste en unas glándulas especializadas que bombean la sal desde los tejidos al exterior, situándola en el envés de las hojas, en el tallo y, en algunas especies, en las hojas más viejas que al caer se llevan una parte del exceso de sal.
En cuanto a la escasez de oxígeno en el suelo inundado, el mangle lo compensa echando raíces a poca profundidad de las que emergen los llamados neumatóforos, que permiten la respiración durante la marea baja. Además dispone de unos tejidos especialmente porosos que facilitan la oxigenación de las partes sumergidas.
Otra singularidad del mangle son las raíces aéreas que surgen de la parte baja de los tallos y que se dejan caer hasta el suelo, además de proporcionar nutrientes contribuyen a fijar la planta frente a la dinámica de las mareas.
El bosque de raíces bajo el agua y la constante producción de hojarasca tienen un enorme valor para el ecosistema. Proporcionan resguardo y sustento a multitud de especies marinas y terrestres, además de proteger el suelo del litoral frente a la erosión del mar.
En esta ocasión lo que te proponemos es visitar el manglar modificando el horario más habitual. Amanecer en el manglar.
Si contratas los servicios de un guía especializado puedes moverte en grupo pequeño con mayor autonomía y sin apenas llamar la atención, lo que te va a permitir disfrutar de la atmósfera propia de estos bosques y tener más oportunidades de observar a sus habitantes, que no es nada fácil.
También podrás hacer mejores fotos. Cuando el sol está alto, el fuerte contraste entre la luz que reflejan las copas de los árboles y la sombra que se produce del dosel del bosque hacia abajo resulta poco favorecedor. Así que agradecerás evitar las horas centrales del día.
Por último y aunque resulte una obviedad, recordar que es importante que el guía conozca muy bien el parque natural y controle los ciclos de las mareas.
Ir bien provisto de repelente para los mosquitos, llevar un calzado apropiado y bien sujeto al pie, por si fuese necesario bajar de la canoa y, como siempre que nos embarquemos, la bolsa estanca para la cámara, un pequeño bote con desinfectante y unas tiritas.
No te pierdas el vídeo, grabado en las primeras horas del día.