Resumen
» ¿País? Tailandia.
» En pocas palabras ¿cuál es la idea? Puede parecerte extraño, pero la verdad es que esta división tiene una enorme importancia en la sociedad y cultura tailandesas. Una diferencia que explica muchas cosas.
» ¿Duración?
» ¿Para quién? Viajeros con un interés especial en estos aspectos de la realidad.
» ¿Dónde? En tu viaje a Tailandia.
» ¿Cuándo?
Descripción
Profano y sagrado son dos conceptos con una presencia continua en la vida social del pueblo tailandés. Determinan la esencia de multitud de elementos arquitectónicos y ornamentales, y se proyectan en el comportamiento y los usos sociales de los tailandeses.
Todos sabemos lo que significan, pero es fácil que pase por alto su enorme trascendencia.
Si te detienes aquí podrás entender un poco mejor muchas de las cosas que iras viendo y que te cuenten en tu viaje a Tailandia.
Hay montañas sagradas y ríos sagrados, animales sagrados, personas sagradas y actos sagrados.
Y luego está el resto, el mundo de lo profano, de lo accesible para todos y sin más trascendencia que el resultado mismo de lo que allí sucede.
Los conceptos ‘sagrado‘ y ‘profano‘ los utilizamos ahora para organizar el conocimiento, el arte sacro se opone al arte profano, por ejemplo.
Sin embargo, durante miles de años han sido fundamentales para comprender el mundo y organizar la vida pública. Esta ordenación de la realidad en dos categorías la hacen los cristianos y los musulmanes, los hindúes y las tribus de indios Apaches, el pueblo esquimal Inuit y los aborígenes de Australia, y también los budistas.
En muchos momentos de tu viaje te van a contar que tal cosa te advierte de que entras en un lugar sagrado, que las mujeres no pueden acceder a tal sitio o que debemos evitar tocar a tales personas.
La vida diaria de los tailandeses y de otros pueblos residentes en la región ha estado organizada y regulada a partir de ‘lo sagrado‘ y ‘lo profano‘.
Para quien no profese de corazón una determinada fe, y salvando las distancias, sería algo así como la separación que en Occidente hacemos todos los días entre el tiempo de trabajo y el tiempo de ocio. Ambas partes de nuestras vidas están generalmente bien delimitadas y no suelen mezclarse.
Lo que se espera de nuestro comportamiento y vestuario es distinto según estemos en un momento u otro. Incluso en muchos grupos de amigos está mal visto hablar de cosas del trabajo cuando comparten su tiempo libre.
Pues algo parecido ocurre entre lo sagrado y lo profano.
El ámbito de lo sagrado tiene que ver con la dimensión más trascendente de la vida y la sociedad, con lo espiritual, con los vínculos del ser humano con la naturaleza y con las fuerzas que gobiernan el universo.
Manejarse en el mundo de lo sagrado requiere de unas condiciones personales particulares y hay que mostrar prudencia y pericia. También exige un profundo respeto a sus reglas para no causar grandes estragos. Y jamas, jamás debe mezclarse con lo profano.
En el ámbito de lo profano cualquiera puede moverse con la libertad que le permita la situación concreta, sin especiales precauciones. Tomar lo que se quiera y pueda, pisar sin temor o pararse a contemplar la ciudad.
Esta división es importante y todos los grupos humanos tratan de dejar muy claros los límites y evitar así una posible confusión.
Aquí en Tailandia, los templos disponen de elementos arquitectónicos que nos advierten de que entramos en un lugar sagrado.
El Muay Thai no es una pelea cualquiera o un simple deporte. Los rituales previos forman parte de su carácter sagrado.
Y los monjes budistas disponen de espacios separados en las salas de espera de algunos lugares públicos no porque aspiren a un estatus superior, sino porque después del ritual de ordenación forman parte del universo de lo sagrado.
Lo sagrado exige un trato especial y como invitados en un país distinto, es una buena idea prestar atención a las indicaciones que nos puedan hacer para respetar esa condición.